El envejecimiento cutáneo es un proceso complejo que se caracteriza por la paulatina pérdida de las funciones de la piel y una mayor vulnerabilidad a enfermedades y factores ambientales. El envejecimiento afecta de un modo parecido al tejido epidérmico y dérmico, con gran impacto en los vasos sanguíneos que la oxigenan y nutren las glándulas que la protegen de las agresiones externas a través de su secreción, por este motivo la piel se va volviendo más seca, escamosa, arrugada y con pigmentaciones o manchas anómalas. Hay una pérdida de la elasticidad, ya que la epidermis sufre una reducción del tejido adiposo; la dermis, responsable de la elasticidad y resistencia de la piel va perdiendo estos atributos.

 

El uso de productos cosmeceuticos era la mejor opción para hidratar la piel y combatir las arrugas. Con el avance de la tecnología, apareció la Radiofrecuencia. Este es un tratamiento que favorece el nuevo colágeno mediante un calentamiento profundo de la piel. El calentamiento profundo mejora la circulación local, promueve la degradación del tejido adiposo, y estimula el drenaje de fluidos y toxinas.

La Radiofrecuencia multifrecuencial contrae las fibras del tejido de manera instantánea para lograr resultados como son mayor tersura y reafirmación de la piel, efecto conocido como lifting. Cada frecuencia está orientada con precisión a una penetración de profundidad específica, ya que no se debe tratar a todas las zonas del cuerpo de la misma manera.

Los resultados son visibles desde la primer sesión: logra un tensado instantáneo y duradero de la piel, estimula colágeno y la elastina para reafirmar la piel, la rejuvenece, combate la flacidez, da firmeza a los tejidos, aumenta la circulación que mejora el tejido subcutáneo graso facilitando su eliminación, promueve la lipólisis y refuerza la estructura dérmica para eliminar la celulitis, reduce el volumen y modela el cuerpo.